La terapia hormonal sustitutiva (THS) tiene como objetivo eliminar la deficiencia de estrógenos durante la menopausia patológica.
Los medicamentos usados en esta terapia contienen análogos de las hormonas femeninas, estrógeno y progesterona.
Las mujeres experimentan la perimenopausia, menopausia y postmenopausia a edades diferentes y con niveles hormonales distintos, por lo que existen productos medicinales específicos para cada etapa con composiciones y cuantías de hormonas variables.
La THS para la perimenopausia se prescribe a partir de los 45 años para ayudar a la mujer a adaptarse a la disminución de la función menstrual, que todavía está presente.
Como regla general, esto mejora la salud de la mujer de forma global y hace que la menstruación vuelva a ser regular.
En la postmenopausia (a partir de la edad de 50 años), la terapia pretende aliviar los síntomas, como sofocos, sudoración y trastornos psicoemocionales en la ausencia de la menstruación.
Un médico experto en endocrinología reproductiva prescribe la THS.
Cuando se prescribe la terapia hormonal sustitutiva (THS), el médico experto en endocrinología reproductiva selecciona un producto medicinal, teniendo en cuenta las indicaciones y contraindicaciones para la mujer.
Las ventajas y desventajas deben ser analizadas en cada caso.
Existen varios formatos de los medicamentos, tales como pastillas, parches, geles cutáneos, supositorios vaginales e inyecciones. Antes de prescribir el tratamiento, la mujer debería someterse a unas pruebas médicas.
Las pruebas previas a la THS incluyen:
- una ecografía;
- una colposcopia y citología;
- mamografía y/o ecografía mamaria;
- conteo sanguíneo completo, panel metabólico básico, pruebas de coagulación sanguínea y pruebas hormonales;
- electrocardiograma (ECG).
En algunos casos se desaconseja la THS, por ejemplo, en caso de presión sanguínea alta, diabetes, riesgo elevado de trombosis, cáncer de mama y hepatitis. La duración óptima de la TSH es de entre 5 y 7 años, con revisiones periódicas.