Más del 10 % de las parejas en el mundo se enfrentan a la infertilidad. En el pasado, esta afección era difícil de tratar en muchos casos. No obstante, desde el año 1978, estas personas ya no están solas en su lucha para lograr el embarazo.
Algo muy importante ocurrió ese año. Nació Louise Joy Brownk, la primera bebé concebida mediante fecundación in vitro (FIV), una técnica muy común en los tratamientos de fertilidad actuales. El método es seguro y ofrece la oportunidad a muchas mujeres infértiles de quedarse embarazadas.
Desde los más de 40 años que han pasado, han nacido más de 8 millones de niños con ayuda de la FIV y la técnica relacionada de la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI).
Junio es el mes mundial de concienciación sobre la infertilidad, así que es el momento perfecto para revelar algunos datos nuevos sobre los tratamientos de infertilidad.
En particular, nos gustaría hablar de la FIV y una actualización importante de esta técnica llevada a cabo hace poco por el Consejo Europeo y el Colegio de Obstetricia y Ginecología (EBCOG). Hace referencia al número de embriones que se desarrollarían en el útero femenino tras este procedimiento.
Primero, veamos cómo funciona la FIV. Durante la FIV, la concepción ocurre fuera del cuerpo. Los óvulos fecundados, llamados ahora embriones, crecen en un laboratorio en un periodo de hasta 5 días. Después, pueden ser transferidos al útero.
Anteriormente, los médicos preferían transferir varios embriones a la vez porque esto aumenta las probabilidades de que al menos uno se implante con éxito. En general, un máximo del 40 % de los embriones transferidos logran adherirse al revestimiento uterino, por lo que este enfoque parecía razonable.
No obstante, la transferencia de varios embriones tiene sus inconvenientes. A veces se implantan dos o más embriones, lo que resulta en un embarazo múltiple. Este caso puede llevar a complicaciones graves en el embarazo y a un parto prematuro.
Se ha comprobado que la transferencia de un único embrión maximiza las probabilidades de dar a luz a un bebé sano y nacido a término. Por eso, el EBCOG recomienda la transferencia de un único embrión durante la FIV. Esto es beneficioso para la salud tanto de la madre como del bebé.
Aunque es la responsabilidad de los médicos transferir un solo embrión, en varios países la ley decide cuál es el número de embriones que se pueden transferir.
El descubrimiento de las ventajas de la transferencia de un único embrión es solo un paso más en el esfuerzo científico continuo. Los investigadores continúan mejorando la tecnología de la reproducción asistida para ayudar a las personas con problemas de fertilidad a ser padres, independientemente de su edad, sexo, condición e historial médicos.
Contenido creado en asociación con el EBCOG, el Consejo Europeo y el Colegio de Obstetricia y Ginecología.