La sangre es un ambiente favorable para que las bacterias prosperen y esta es la razón por la que los médicos recomiendan lavarse la zona genital al menos dos veces al día mientras tienes el período: por la mañana y por la noche. Está bien hacerlo más a menudo si te sientes incómoda. Tener una higiene insuficiente durante el período menstrual puede ocasionar consecuencias desagradables.
La vagina es un órgano con un sistema de autolimpieza. Es muy importante que no alteres la flora natural y es esto es exactamente lo que sucede si utilizas jabón frecuentemente o incluso productos cosméticos específicos para la higiene íntima durante la menstruación. Los médicos recomiendan lavarse la zona genital con agua tibia sin jabón.
La respuesta correcta es de adelante hacia atrás. Recuerda que primero necesitas lavar los labios y solo después lavar el perineo y el ano. Esto reducirá la probabilidad de que entren en la zona vaginal microorganismos patógenos y restos de materia fecal.

El sistema reproductor femenino está muy bien organizado y no requiere limpieza adicional en el interior. Por esa razón, los profesionales de la salud se oponen firmemente a cualquier procedimiento higiénico que tenga el objetivo de eliminar la flora vaginal saludable (como los lavados vaginales, por ejemplo).
Elige siempre productos sanitarios con el nivel de absorción adecuado para tu flujo menstrual. Cambiarlos con menos frecuencia que una vez cada 4–8 horas (4 horas para compresas y 4-8 horas para tampones) puede tener consecuencias desagradables porque un producto higiénico es un caldo de cultivo para bacterias e infecciones.
No hay necesidad de privarte del placer de bañarte mientras tienes el período. En principio, el agua del grifo no tiene por qué causarte ningún daño. Sin embargo, asegúrate de que la bañera esté limpia, ya que durante el período tu sistema inmunitario es más vulnerable a las infecciones.
Los desodorantes y aerosoles de higiene personal en la menstruación se encuentran entre los factores que desencadenan la vaginitis (algunos de sus síntomas son picor, enrojecimiento, flujo vaginal anormal y abundante).
Debes minimizar el contacto entre la vulva y cualquier producto sanitario que contenga productos químicos, incluidos los desodorantes de higiene femenina. Es mejor que uses toallitas húmedas o enjuagues la zona genital con agua.

Puedes reemplazar el papel higiénico con toallitas húmedas, que son más suaves y delicadas. Elige productos que no contengan alcohol ni aromatizantes y que tengan un pH equilibrado.
Las toallitas húmedas que contienen alcohol o que tienen un pH inadecuado pueden causar irritación en la piel y en las membranas mucosas.
El pH de la vagina es ácido debido a los lactobacilos beneficiosos que la habitan. Estos protegen al cuerpo contra infecciones y otros patógenos.
Muchos expertos recomiendan lavar la zona genital con agua tibia sin jabón y algunos sugieren usar productos de higiene íntima con un pH ácido de 3,8.
En verdad, el agua caliente no funciona para este tipo de manchas. Lava una mancha reciente con agua fría y jabón normal (sin crema) y no dejarás rastros.
Algunos productos sanitarios entran en contacto con el área anal. Pueden contaminarse con bacterias intestinales.
Para evitar transmitir al cuerpo las bacterias que se encuentran en el producto higiénico a través de las manos, debes lavarlas después de cambiar el producto menstrual.
Durante el día, cuando estás activa, tu flujo menstrual es normalmente más abundante, por lo que la compresa absorbe más sangre, sudor y sebo. Esto crea un caldo de cultivo para las bacterias y es la razón por la que no deberías usar la misma compresa durante más de 4 horas.
Cuando estás dormida, tus funciones corporales se ralentizan y la intensidad del sangrado disminuye, por lo que es aceptable usar una compresa durante toda la noche.

Enrolla una compresa usada, envuélvela en la envoltura de la nueva compresa o en papel higiénico y luego tírala (para los tampones, basta con papel higiénico). Esto ayudará a bloquear el olor y evitar la propagación de bacterias que pueden acumularse allí con el tiempo.
Tirar al inodoro incluso los productos higiénicos más pequeños pueden atascar rápidamente las tuberías. Si no hay un cubo de basura en el baño, entonces en el peor de los casos, puedes llevarte la compresa (o tampón) usado y tirarlo en otro lugar.