Sistema cardiovascular
Fumar tiene consecuencias inmediatas y a largo plazo para el sistema cardiovascular. Las sustancias químicas que contiene el tabaco dañan los músculos del corazón y hacen que los vasos sanguíneos se vuelvan más estrechos.
Esto significa que los fumadores menores de 40 años tienen cinco veces más probabilidades de sufrir un derrame cerebral o un ataque cardíaco. El monóxido de carbono en el humo del tabaco se adhiere a la hemoglobina y dificulta que la sangre transporte oxígeno a sus órganos.